Estoy viajando por este maravilloso país, aterricé en Nueva Delhi y me alojé durante varios días en The Imperial, un verdadero oasis en esta bulliciosa y vibrante ciudad la cual veo imprescindible visitar.
Llegar a Delhi es una manera de aclimatarte a la India y de conocer partes importantes de su historia, sus habitantes y sus costumbres. Lo primero que me sorprendió al llegar aquí es el intenso tráfico y el sonido continuo de los cláxones, después entendí que aquí se "conduce de oído". Cuando pasas un día visitando la ciudad te aseguro que volver al remanso de paz, hospitalidad y amabilidad del Imperial es como entrar en el cielo.
The imperial está en el distrito de Nueva Delhi, capital del país y parte de la gigante ciudad de Delhi, en la cual se estima que viven 29,4 millones de personas, directamente, la mitad de población de España en una sola ciudad. Sí, oyes bien, India va a dinamitarte todos tus esquemas mentales sobre muchas cosas, lo cual a mí, personalmente, me encanta. Ese es uno de los motivos por los que elijo viajar a culturas diferentes en países lejanos.
Lo primero que noté al entrar en el hotel fue la cariñosa hospitalidad con la que todo el personal del hotel te recibe, se siente auténtico.
The Imperial tiene ocho restaurantes y bares, un moderno gimnasio, una gran piscina exterior con agua climatizada, sí, ¡en medio de la ciudad!. También un gran spa con infinidad de tratamientos y técnicas como la medicina milenaria india: el Ayurveda. También puedes asistir a clases de yoga diarias impartidas por profesores locales muy cualificados. Los restaurantes y la conocida pastelería del hotel, están abiertos a personas que no se están hospedadas en el hotel, lo cual me parece una idea genial que mantiene este gran hotel, dinámico y vivo.
El servicio de habitaciones es absolutamente perfecto, así como el equipo concierge del hotel: te proporcionarán - con una gran sonrisa- todo lo que necesites durante tu estadía. Durante los días que he estado en el hotel disfruté de clases de yoga, momentos de relajación y masaje en el precioso spa, probé deliciosos platos en sus restaurantes temáticos y me deleité con la que es mi comida favorita del día: el delicioso y variado desayuno en el restaurante 1911.
En The Imperial Delhi, trabajan allí más de 600 personas, hay algo mágico en ese hotel, diría que la gran familia del hotel disfruta el trabajo que desempeña y eso se nota en la calidad de los servicios y en la cuidada belleza de sus muchos pequeños gestos de hospitalidad. La habitación donde me hospedé por varios días era una Gran Heritage, pude descansar y dormir maravillosamente bien en una cama extra grande con sábanas de algodón ultra suave. El baño era un pequeño spa con agradables productos, recuerdo sus delicados aromas a azahar.
A continuación te cuento algunos datos históricos:
Imperial se inauguró en 1936, siendo el primer hotel de Nueva Delhi. Su arquitectura tiene rasgos de estilos victoriano, art déco y Lutyen. Abundan las columnatas de mármol blanco y los verdes jardines, las habitaciones y suites tienen suelos de mármol italiano, teca de Birmania pulida, alfombras persas tejidas a mano, lámparas de araña antiguas y muebles de palisandro. The Imperial Delhi está construido en una finca de ocho acres y ofrece un refugio seguro en el corazón de la bulliciosa capital de la India. Idealmente situado en Janpath, la antigua Queensway, se encuentra en el distrito cultural, político y de ocio más prestigioso y a 30 minutos del aeropuerto internacional.
El Imperial ha acogido las reuniones sociales más importantes de la ciudad, a miembros de la realeza, dignatarios de la India y el extranjero, a celebridades de la gran pantalla de todo el mundo y a muchos huéspedes exigentes.
Desde que The Imperial abrió sus puertas en los años 30, cuando la India empezaba a escribir los últimos capítulos de su saga independentista, había poco espacio en Nueva Delhi para un encuentro indo británico. El Imperial proporcionó ese espacio. Pandit Nehru, Mahatma Gandhi, Muhammad Ali Jinnah y Lord Mountbatten se reunían en el Imperial en condiciones agradables para hablar de la partición. ¿Os imagináis si las paredes del Imperial hablaran? Este lugar sería un depósito de fascinantes anécdotas para los autores de novelas románticas y policíacas.
Y por último, lo que más me llamó la atención, es la gran colección de arte que está por todo el hotel, el cual denominaría también museo. Su colección supera las 5.000 obras datadas desde finales del siglo XVII a principios del XIX, está repartida por zonas comunes, pasillos y habitaciones.
Sin duda el hotel te abrirá los ojos a un laberinto de aguatintas y litografías de paisajes y retratos, ofreciéndote un enriquecedor panorama del imaginario cultural de la India. Esta colección de eminentes artistas ha sido heredada por los propietarios durante generaciones. Desde minaretes a paisajes exuberantes, de durbars reales a monumentos mogoles, de montañas majestuosas a estados principescos de la India, de siluetas militares a acontecimientos históricos. El esplendor indio de los reyes, las reinas y los palacios con sus detalles visuales y algunos espectáculos arquitectónicos de intrincados detalles, es difícil de describir con palabras y es un retablo de vistas perfeccionadas en una época en la que no había cámaras y sólo hablaban las ilustraciones. La geografía retórica, la belleza de las escenas, los minúsculos templos o la representación de la vida en el pasado son un deleite visual.
Este Grand Dame se erige como un depósito de arte que marca el testimonio del tiempo y es el único hotel con historia en el corazón de la capital de la India.
¡Bienvenidas y bienvenidos a The Imperial Delhi!